miércoles, 29 de julio de 2009


La reverencia se arrojó a las dudas,
Y un abrazo se contuvo entre alientos.
Las miradas, nutrieron ásperas al viento
Y la lujuria encalló en aguas turbias.

Dócil, sucumbió la ternura.
Fácil, se forjó la querella.
Ambos embistieron sus caderas
Y lisonjas disgregaron a la doncella.

1 comentario:

Julieta dijo...

Chico de sombrero gris,

¿Cómo andas?

No sabes lo feliz que me hizo leerte Juan. Es cierto, no puedo hablar con las personas sin mirarlas, aunque sea un poco, a los ojos. Si no lo hiciera, me perdería de tanto. Me parece, si es que en tu relato no has utilizado la ficción, que a vos te sucede algo parecido.
Te cuento que llegué a casa, estoy con mucho apetito, algunas normales dudas con respecto a la carrera, cansada de algunos detalles familiares y feliz por estar viva.
Leí tu blog, sus temas abstractos pero que nos cruzan a todos. Me sentí identificada con frases tuyas, muy lindas, por ejemplo una dice algo así como que percibiste una danza del caos organizado, de personas y palomas. Genial. Me gustaron tus textos “¿Caíste en la cuenta?” y “El delirio”. Varios textos no los entendí, me gustaría que algún dí me contaras qué te llevó a escribirlos (se me escapa lo del periodismo y las entrevistas, pero antes de comenzar a estudiar la carrera, ya me sentía interesada por las biografías, no de famosos)
Es una buena idea esa de cruzarnos, quizá el destino se adelanta y nos cruza él sin precio aviso

Te mando un abrazo de oso, Juli