jueves, 25 de marzo de 2010


Ya de niña murmuraba el alma,
Pero ya no es ésta la razón que le engaña,
Ya no es ésa la voz que le llama.
Porque peor es el riesgo de conquistarla,
Y peor es la suerte si eso no alcanza.

Una vez hecha la grieta
Allí se hunde su color y descansa.
Una vez hecho el galope,
Ya no hay sed de venganza.

Así de frágil, así de liviana,
Se derrama una pregunta magra.
Así de fuerte, así de humana,
Se escabulle una culpa innata.

Merodeando,
Por entre las luces bajas,
Se descubre cómplice
La mentira que abraza,
Pues, ya no aspira a ser veterana
Ésa voz que amenaza con no amarla.